De Cerca: Juan Carrión Gañán

Juan Carrión nace en Madrid, aunque es Hijo Adoptivo de Cartagena donde vive desde hace más de 50 años. Confiesa estar muy agradecido con la vida. A pesar de que no tiene familia en la Ciudad Portuaria, reconoce que siempre está rodeado de muy buenos amigos y que su ciudad es Cartagena. Entiende que la película, ganadora de seis Goyas, "Vivir es fácil con los ojos cerrados" es un reconocimiento no sólo a su trabajo, sino también al de todos los profesores. Conozcamos, a través de esta entrevista, al profesor de inglés más conocido de nuestra ciudad:

¿Quién es Juan?

Ojalá pudiera contestarte a esa pregunta, porque yo también me la hago algunas veces. Creo que tengo que echar mano de los recuerdos y de la trayectoria de mi vida, para tratar de saber quién soy.


Mi vida ha sido una vida sencilla, pero con complicaciones como la Guerra Civil Española. Durante ese tiempo tuve miedo por la seguridad de mis padres. Cuando acabó la guerra, mi padre tuvo que empezar de cero. La guerra fue muy cruel y la postguerra tampoco fue fácil.En cuanto a mi vida profesional, yo quería ser ingeniero agrónomo, pero suspendí el primer examen de ingreso en la escuela. Hice una oposición al Instituto de Colonización, sin decir nada en casa, y aprobé. Estuve destinado en varios sitios de España. Respecto al inglés, no fue más que una asignatura en mis estudios de economista, pero pronto desbancó a cualquier otra, porque en todas partes necesitaba el idioma. Poco a poco el inglés fue dominando el resto de mi vida.

Posteriormente, decidí ir Oxford, en Inglaterra, para completar mis estudios. En Londres fui profesor en el Colegio Español. Allí recibí un telegrama en el que me ofrecían el puesto de instructor en la base norteamericana de Tentegorra, en Cartagena. Tenía que contestar en 48 horas. Dije que sí y ese es el motivo por el que vine a la ciudad. Cuando la base se cerró seis años después, ya me había incorporado a la Universidad de Murcia, como profesor de literatura y después de inglés, donde trabajé hasta mi jubilación. La academia funcionó paralelamente y continúa hasta nuestros días.

¿Cómo valora la evolución de Cartagena?

Cartagena me gustó desde el primer día, fue como un flechazo. Tiene un encanto especial por sus gentes, supongo que los cartageneros son muy acogedores, aunque creo que no son conscientes de ello. Cuando he tenido oportunidades de irme a otras ciudades las he desechado, porque aquí me siento muy feliz. La ciudad es muy bonita y todos se han portado siempre muy bien conmigo. Cartagena ha evolucionado mucho físicamente. Sigue siendo una ciudad llena de historia y fascinante. Tiene mucho gancho y todo el que viene se queda si puede.

Respecto a sus aulas ¿quiénes han pasado por ellas? 

Han pasado cientos y cientos de alumnos, muy buenos alumnos. Los alumnos son los que hacen a un profesor famoso. Ellos han sido mi familia. A mi edad, teniendo mi familia por España, quedarse solo aquí parece un poco audaz. El futuro es corto y se va a presentar con complicaciones, pero estoy bien y no me voy.

Usted es muy querido y reconocido por los cartageneros. ¿A qué cree que se debe?

Eso es algo que siempre me he preguntado porque en clase tengo un genio endiablado, aunque mis alumnos intuyen que es un poco de comedia, y que en realidad les tengo mucho afecto. Por supuesto me preocupan mucho sus vidas y su futuro.

A su edad ha vivido muchas alegrías y alguna tristeza. ¿Qué valoración hace de la vida?

Yo soy muy creyente. Soy consciente de que esta vida es pasajera y que todos nos tenemos que enfrentar a la gran verdad. Doy gracias a Dios por los momentos felices de mi vida; sería muy desconsiderado si no me diera cuenta de la suerte que he tenido, con una profesión que no me ha cansado nunca y el reconocimiento de los demás, que no me ha faltado.

 
Sobre su profesión, sigue dando clase de inglés ¿llegará algún día la jubilación?


Continuaré hasta que pueda. Me parecería egoísta no compartir mis conocimientos con los demás, sólo por simple comodidad.

¿En qué consiste su método de enseñanza?

El profesor debe saberse su asignatura, eso es lo esencial. Y debe enseñarla al alumno con arreglo a su propia personalidad. Las clases tienen que ser un reflejo de la vida misma, ser reales, por eso el libro de texto puede ser una rémora más que una ayuda. Cada momento necesita un tipo de clase porque la rutina es la muerte de la enseñanza del idioma, que necesariamente debe durar mucho tiempo. En todo caso, lo que sirve para un profesor es posible que no sirva para otro, por la personalidad de cada uno o por las circunstancias. 

Carta de John Lennon a Juan Carrión
¿Por qué cree que su método es tan llamativo llegando a ser incluso contado en una película?

No lo se... A mí muchas veces me asombra un poco. Es el resultado, quizás, de estar seguro de uno mismo. Lo que es cierto es que es llamativo. Por ejemplo, utilizar canciones en el aula creo que no es tan asombroso. He utilizado los discos de los Beatles y musicales como Los Miserables, My Fair Lady, Oliver... Una canción rompe la monotonía de la clase y es también una fuente de vocabulario muy importante. El alumno al repetir las canciones, inconscientemente, está repasando el vocabulario aprendido. Creo que ayudó mucho a los estudiantes del mundo entero que los Beatles aceptaran mi propuesta, de poner las letras de las canciones en las carátulas de los discos.

¿Cómo es su relación con David Trueba?

Excelente. A mí David desde el primer momento me cayó muy bien. La película ha sido la causa de una gran amistad. Me gusta estar con David y todo lo que hace. Todo lo relacionado con la película para mí ha sido muy positivo. Espero que él siempre tenga un buen recuerdo de ello.

Todos los españoles le pudimos ver en la noche de los Goya, ¿cómo vivió aquella experiencia?

Fue algo inolvidable, muy emocionante e interesante. Yo creo que intuía lo que iba a pasar, porque estábamos sentados en primera fila y supuse que se debía a que la película iba a tener reconocimientos. Lo que nunca me imaginé es que fueran tantos. David me dio un Goya, que nunca pensé que era para mí. Se lo di a su hijo, pero al día siguiente, en un programa de televisión en el que los dos participábamos, me dijo que el Goya era para mí. 

¿Se siente embajador de Cartagena?

No, me siento cartagenero. Y me dañaría cualquier cosa mala que se dijese de Cartagena. Los cartageneros sois muy especiales para mí. 

Por último, de forma breve:

  • ¿Su rincón favorito de la ciudad?

El puerto, sin duda. Callejear por las mañanas también es algo que me deja una sensación imposible de mejorar. Es como una aventura, porque nunca se con quien me voy a encontrar y siempre resulta todo muy positivo. 

  • Un cartagenero/a que admire

Admiro a muchas personas de aquí. Admiraba mucho a Juan Rosique, que fue mi director en empresariales. Admiro también muchísimo la inteligencia de mis alumnos. Muchos tienen una situación profesional muy buena. 

  • Un deseo para la ciudad

Que siga como es ahora. Que mejore físicamente pero que no cambie el carácter de la gente. Deseo todo lo mejor. 


Que fuera honrado. 

  • ¿Una pregunta para la siguiente persona a entrevistar?

¿Cree que lo que hace en su vida servirá para alguien cuando usted no esté?
  
Entrada publicada el 29/11/15