El Icue

Corría el año 1969 cuando en Cartagena se inaugura un monumento entrañable para todos. Un monumento que ha supuesto y supone el lugar de quedadas de los cartageneros, ya que se sitúa en la más céntrica plaza de la ciudad que lleva su nombre.

Me refiero al monumento dedicado al Icue, situado frente a la casa Pedreño. Supone un punto de referencia al ser el cruce entre las calles más destacadas del Casco Histórico de la Ciudad Portuaria: la del Carmen, Santa Florentina, Puerta de Murcia y Jabonerías.
 
Sin duda alguna, una de las palabras más populares de creación cartagenera es la de Icue. Esta denominación se le designaba a los chiquillos que jugaban en las replacetas, siendo el apelativo con el que un niño se dirigía a otro del que desconocía su nombre. También se le designaba a los niños traviesos que habitaban la ciudad o a aquellos que se bañaban en la zona del faro de la Curra o en la del de Navidad al desnudo y se arrojaban al agua, desde los bloques de hormigón y las rocas rompeolas, como si fueran un pez. En definitiva, Icue era el nombre que recibían los niños cartageneros y que actualmente representa a los que hemos nacido en esta hermosa ciudad. 

El monumento se trata de una obra realizada por el escultor cartagenero Manuel Ardil. Realizada en bronce duro, el monumento está compuesto por unos bloques, que representan un rompeolas, sobre los que se sitúa un niño semidesnudo que sujeta con su mano un aladroque del que sale un chorro de agua. Todo el conjunto se encuentra situado en el interior de una fuente que simula a las olas del mar. 

Ante los ojos de este insigne monumento han pasado todo tipo de vehículos, hasta que en 2009 se peatonalizó la zona y desde entonces son los viandantes los que miman a dicho niño. 

Para finalizar la entrada, me gustaría contar una curiosidad, y es que a principios de 2011 se planteó vestir al Icue con motivos representativos de fiestas y otras actividades locales, para convertirlo en un símbolo de la ciudad en el exterior y tratar de atraer turistas, al estilo del Manneken Pis de Bruselas, o colocarle una placa explicativa de su significado y su autor. Hasta el momento ninguna de estas dos opciones ha fructificado.
Entrada publicada el 15/01/12 | Actualizada el 15/11/16