
Con anterioridad, os hablé del
proceso de romanización en Cartago Nova. La adecuación de la ciudad a las
costumbres romanas, da lugar a la construcción de un Teatro Romano en tiempos
del emperador Augusto.
Siguiendo el modelo
arquitectónico de Vitrubio, el Teatro está compuesto por una “cavea”, que
cuenta con un aforo para 6000-7000 personas y que está dividida en sectores,
por cinco escaleras y dos descansillos intermedios. En la “orchestra”, semicírculo
situado frente a la escena, se acomodaban las autoridades y el coro. A esta zona se
accedía por unos pasillos laterales, llamados “aditus”. El espacio situado delante
de la escena “pulpitum”, en el que se desarrollaba la acción dramática, es
llamado “proscaenium”. Además, este vestigio monumental también tiene un frente
escénico y un patio porticado, aunque apenas hay restos visibles de ellos. Los
materiales con los que está construido el Teatro son: areniscas, calizas, mármoles
y travertino, entre otros.

Veinte
años más tarde de su descubrimiento, y doce años después de que se iniciaran
los trabajos de recuperación, el Teatro Romano de Cartagena abrió sus puertas
en el año 2008. A través del museo, de mismo nombre y en el que se pueden
conocer diferentes aspectos de este monumento, se llega a la última sala, que
no es otra que el propio Teatro. Aún así, los trabajos no han finalizado… La
historia continúa.
Qué
duda cabe de la repercusión de este vestigio monumental, que ya se ha
convertido en el museo más visitado de la Región de Murcia. Además, son varios
los premios concedidos por los trabajos realizados, y diversas las iniciativas
en las que el Teatro se ha visto implicado… Por ejemplo, en el año 2007, a
través de un concurso de Antena 3 TV, los españoles situaron al Teatro como uno
de los 20 tesoros del país. También se han grabado películas, como pudimos conocer en una entrada anterior.
Una vez
más comprobamos la riqueza cultural y monumental de la Ciudad Portuaria, por la
que han pasado y pasarán las huellas del ser humano.