El Arsenal. Parte II

Una visita a Cartagena conllevaba una parada en este complejo militar, del que se resaltaban las penurias de los forzados que cumplían condena aquí. El Arsenal también fue un importante atractivo para los escritores de literatura de viajes del siglo XIX.

La parte más características del complejo es, sin duda alguna, su puerta. El Marqués de la Ensenada le encarga a Sebastián Feringán que diseñe una puerta especial para el complejo militar, que supusiese un emblema para una ciudad histórica como Cartagena. Esa puerta no sería tan noble sin un reloj en su torre, por lo que la Junta Económica del Departamento Marítimo ofreció realizar dicha obra. Sin embargo, la complejidad y el coste de la misma hicieron que la obra no se llevase a cabo.

Unos años después, en 1857, llega al Colegio Naval Militar del Arsenal un gran reloj de torre, que no llegó a instalarse debido, otra vez, al elevado precio que suponía la elevación de la torre y posterior colocación del citado reloj.


Al fin, en 1859, Don Miguel Lobo adquirió en Londres un reloj de torre que respondía a las condiciones oportunas. Tras numerosas gestiones, llega al puerto de Cartagena, en 1862 y embarcado en el “Jovellanos”, el ansiado reloj. Sin embargo, la emoción no fue tan grande como hubiese gustado, puesto que cuando se quitó el embalaje se comprobó que había llegado con dos de las cuatro esferas transparentes destrozadas. Este hecho volvió a retrasar la instalación hasta que se arreglaron los desperfectos. 

En 1863 S.M. la Reina Isabel decide que la mejor zona para instalar el reloj es en la fachada exterior de la torre, por lo que tras tomar esta decisión se empieza a trabajar en la instalación. El 6 de febrero de 1866 quedó finalizada la obra, cuyo resultado podemos seguir viendo hoy en día. Sin embargo, no podemos asegurar que el reloj se situase en la puerta original del siglo XVIII, puesto que a pesar de todos los trabajos comentados, un reciente estudio del historiador Alfonso Pagán, señala que la actual puerta es del siglo XVIII, diferenciada de la primera que sólo tenía una entrada.

En la actualidad, el Arsenal de Cartagena es "Estación de Submarinos" desde 1920. En memoria de Isaac Peral, desde 1982 dicha estación recibe el nombre de "Base de Submarinos Isaac Peral". Bajo el mando único del Comandante de la flotilla, la base dispone de Estado Mayor, despachos de comandantes de submarinos, habitaciones de oficiales, suboficiales de marinería, talleres, almacenes de submarinos, biblioteca, enfermería… 

Este complejo militar está custodiado y protegido por alguien muy querido en Cartagena… Me refiero a San Pedro Apóstol, operario del recinto militar, con su nómina correspondiente y nombre institucional: Pedro Marina Cartagena. Para conocer la relación de San Pedro y el Arsenal Militar de Cartagena hay que remontarse a 1755. En aquel año fueron los destajistas de jarcias quienes pidieron permiso a los directivos californios para sacar en procesión al primer Vicario de Cristo. Pocos años después, fueron los calafates del Arsenal quienes asumieron ese compromiso. Finalmente, añadir que esa relación entre la Armada y la Cofradía se mantiene en el tiempo, puesto que en el Arsenal se conservan los almacenes de la Agrupación de San Pedro, realizan sus ensayos, guardan el trono del Apóstol y lo preparan para la Semana Santa de la Ciudad Portuaria. 



 Entrada publicada el 05/04/13 | Actualizada el 18/12/16