Faros de Cartagena. Parte II

Continuando con la anterior entrada, en esta ampliamos nuestro campo de visión, y nos acercamos hasta uno de los rincones marítimos más bonitos de nuestra geografía. Sin salirnos del municipio de Cartagena, nos vamos a detener en su pueblo pesquero más emblemático, Cabo de Palos.

El colosal faro de este cabo fue construido en el siglo XIX. Situado sobre un promontorio rocoso, comenzó a construirse en el año 1863 y la obra duró dos años. Mide 50 metros y su potente foco, de luz blanca, se alza 80 metros sobre el nivel del mar. Consta de tres partes diferenciadas, principalmente. La primera es un edificio de dos plantas cuadrado, sobre el que se sitúa la torre, que es la segunda parte, y la parte superior o cabeza del faro, desde donde se emite la luz para guiar a los navegantes.

Prestando atención a datos históricos, según algunos historiadores, antiguamente se encontraba en este lugar un templo consagrado a un dios fenicio. En época de Carlos I se mandó construir una torre vigía, terminada en la época de Felipe II. Posteriormente fue derruida para poder construir el actual monumento.

Este faro fue declarado bien de interés cultural en el año 2002 y, como señalé en la anterior entrada, ha aparecido en numerosos rankings de monumentos turísticos españoles. Es, sin duda alguna, un lugar precioso por el que pasear en las cálidas noches de verano, escuchando las olas del mar y viendo el cielo lleno de estrellas. El acceso a pie no está restringido y como anécdota señalar que, durante el pasado verano, el entorno contó con una gran distracción para sus visitantes, ya que un zorro acampaba por la zona.

Sin alejarnos mucho de esta zona, nos trasladamos hasta el cercano faro de las Islas Hormigas. El actual fue construido en 1870, tras ser destruido el primero de 1860. La luz del Faro de Cabo de Palos, que se sumerge en esta zona, resurge gracias al Faro de Islas Hormigas. Este faro sirve para señalar el peligro que para la navegación suponen los islotes y las protuberancias rocosas de la zona. Fue el primero que se automatizó en España, en el año 1920. El faro de color blanco, al igual que la luz que proyecta, consta de dos partes: de un edificio de forma circular y de la torre.

Hacer también referencia a otros dos faros de Cartagena que, aunque no tienen tanto renombre como los anteriores, su importancia para la seguridad marítima no es menor. Uno de ellos es el que se sitúa en la Isla de Escombreras, que data de 1970 y tiene 8 metros de altitud, el otro es el de Cabo Tiñoso, inaugurado en 1859. El actual, automatizado, entró en funcionamiento en 1970.

Por último, señalar que la Autoridad Portuaria de Cartagena dispone de una red de fibra óptica, que permite la comunicación entre todas estas instalaciones, facilitando la seguridad, vigilancia, accesos, servicios de inspección... de la zona portuaria.

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Entrada publicada el 07/07/16