(...) También es común escuchar “anca” (degeneración lingüística de la expresión "a casa de" o "para la casa de") o “ardiles” (poca predisposición de alguien para hacer algo; desgana) así como “jardares” (se refiere a una camisa que va por fuera del pantalón). Y ¿sabéis lo que es un “picoesquina”?, pues no es otra cosa que la esquina de un edificio.
Otras palabras curiosas son: “terrao” (terraza), “gayao” (cayado), “atascao” (terco), “chuchurrío” (deforme) o “enrobinao” (oxidado). La palabra “chispica” y nunca miajita, ni momentito... O llamar “cojonicos” o “cojones” a los peques de la familia, donde al benjamín se llamará “cabico tripa”.
Otras palabras curiosas son: “terrao” (terraza), “gayao” (cayado), “atascao” (terco), “chuchurrío” (deforme) o “enrobinao” (oxidado). La palabra “chispica” y nunca miajita, ni momentito... O llamar “cojonicos” o “cojones” a los peques de la familia, donde al benjamín se llamará “cabico tripa”.
Ten cuidado si utilizas las
siguientes palabras, si no quieres poner de “malafollá” (mal carácter) a la persona que se las digas y recibir
de ella una “guantá” (guantazo). “Sonso” es una persona inofensiva en
apariencia, pero que actúa con picardía o maldad y un “penco” aquella que es poco espabilada. Si a alguien le dices “rabalera/o” le estás expresando que sus
modales o manera de hablar da muestras de mala educación. Por otra parte, una “esaboría” es una persona poco amable,
un “jamelgo” es alguien ocioso y
poco estiloso y una “ravisca” es una
persona rebelde. Con “espatarragá”
describes a una mujer que se sienta con las “patas” (piernas) abiertas, con “jaquetona” te refieres a una señora exuberante y de buen porte y con “repanchigá”
a quien está sentado o acostado de mala manera. Otras palabras que pueden
producir “pesahombre” (pesadumbre o
malestar) son: “manflorita”
(homosexual), “gomias” (rácano
miserable) y “carlancúo” (viejo y
solterón).
Además, en
Cartagena, también tenemos múltiples expresiones como: “ir a rabo sacao” (ir con prisa), “en un pis pas” (hacer algo muy rápido), “ser más listo que los ratones coloraos” (persona espabilada), “hablando mal y pronto” (expresión que
suele suceder a una palabra malsonante), “luego
a luego” (período de tiempo indefinido, pero cercano), “más ancho que largo” (locución
utilizada para expresar que alguien se siente orgulloso de algo o a gusto con
algo), comer “pan, pijo y habas” o “arroz y piola” (es decir, nada que
apetezca o muy poca cosa), “no es menester” (no es necesario), “se me ha antojao” (locución utilizada
para expresar deseo), “subir para arriba
y bajar para abajo” (redundancia típica de Cartagena de los verbos subir y
bajar) o “dale Perico al torno” (locución
que expresa una reiteración de ideas, palabras...). Otras
expresiones locales son: mandar a alguien “a
la mi... en bote”, “mear safrán”
(hacer algo muy difícil), ser “más duro
que Maiquez” o tener algo más grande que “la puerta del Arsenal”.
En la Ciudad portuaria, para decir en voz baja se emplea una
palabra preciosa: se dice “abonico”.
En vez de decir muchacho, usamos una abreviación: “acho”. También es típico nuestro seseo, que es una de las formas autóctonas de expresión más
singulares y que se “cucha”
(escucha) principalmente en la zona periférica. Y además, no nos podemos
olvidar de los diminutivos cariñosos terminados en "ico" o
"ica". Se trata de una manera característica de Cartagena y su
comarca la de formar diminutivos.
Finalmente, destacar que a
los foráneos también les llaman la atención otras palabras como “capuzón” (chapuzón), “curiana” (cucaracha) o “emboriá” (con niebla), por ejemplo.
Aunque si por ejemplos fuera, estas entradas serían bastante extensas, debido a
la “catelva” (multitud) de palabras
y expresiones cartageneras que existen. “Asinque”
(así es que) no me quiero alargar más.
+ Lee la primera parte
Entrada publicada el 27/01/13
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Entrada publicada el 27/01/13