Cuando llega la Navidad, Cartagena se engalana para celebrar una de las fiestas más importantes de los cristianos: el nacimiento de Dios.
Este tiempo supone volver a encontrarnos con el Señor en la humildad de una cuna, en adorar al Rey del Universo en un pobre pesebre, y en pensar en las enseñanzas que se nos transmiten en ese Belén: ahí nadie se reserva nada, todo es sencillez y alegría, pues la Palabra se ha hecho Carne.
En este tiempo, las calles de la ciudad son decoradas con luces navideñas, siendo cada año una novedad. Los villancicos también se dejan escuchar entre las históricas paredes de la ciudad del mar. Múltiples son las actividades que podemos encontrar, como: conciertos, obras teatrales, pasacalles, festivales, entre otras. Además, no nos podemos olvidar del tradicional mercadillo artesanal, más conocido como el de los “Hippies”, que desde hace unos pocos años se monta en la Alameda de San Antón.
Pero, ¿qué sería de una ciudad sin un belén? Poner el belén es una de las tradiciones más populares de la Navidad. El origen de esta costumbre está en las esculturas y pinturas que había en los templos para explicar la Navidad, pero la tradición nació en el siglo XIII cuando, en la Nochebuena de 1223, San Francisco de Asís instaló un pesebre viviente en una cueva. Este belén tuvo tanto éxito que la tradición se extendió por toda Italia. A España llegó en el siglo XVIII. En Cartagena, el municipal está situado en la plaza del San Francisco, aunque si le preguntamos a los vecinos más veteranos de nuestra ciudad, aún recuerdan su antiguo emplazamiento en la plaza del Lago. También es de recibo hacer referencia a otras grandes representaciones que se hacen en la Ciudad Portuaria como el belén del barrio de Santa Lucia, el de la Parroquia de San Fulgencio, el realizado por la Asociación de Belenistas de El Albujón, el de la Basílica de la Caridad o el de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, entre otros. Puedes conocer algunos de ellos en la entrada "el arte belenista en Cartagena".
Pero, ¿qué sería de una ciudad sin un belén? Poner el belén es una de las tradiciones más populares de la Navidad. El origen de esta costumbre está en las esculturas y pinturas que había en los templos para explicar la Navidad, pero la tradición nació en el siglo XIII cuando, en la Nochebuena de 1223, San Francisco de Asís instaló un pesebre viviente en una cueva. Este belén tuvo tanto éxito que la tradición se extendió por toda Italia. A España llegó en el siglo XVIII. En Cartagena, el municipal está situado en la plaza del San Francisco, aunque si le preguntamos a los vecinos más veteranos de nuestra ciudad, aún recuerdan su antiguo emplazamiento en la plaza del Lago. También es de recibo hacer referencia a otras grandes representaciones que se hacen en la Ciudad Portuaria como el belén del barrio de Santa Lucia, el de la Parroquia de San Fulgencio, el realizado por la Asociación de Belenistas de El Albujón, el de la Basílica de la Caridad o el de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, entre otros. Puedes conocer algunos de ellos en la entrada "el arte belenista en Cartagena".
Desembarco de SS. MM. los Reyes Magos |
Aparte de materialismos, la Navidad tiene que ser mucho más que hacer compras, que divertirnos o descansar. La Navidad es un tiempo muy propicio para ayudar a los que más lo necesitan. En estos tiempos que corren, son numerosas las personas que no tienen donde vivir, que no tienen para comer o que simplemente no tienen quienes le den su amor. Hagamos de la entrañable generosisad de la Navidad, un continuo acto de amor anual.