El diccionario de la Real Academia Española define fuerte como “un lugar resguardado con obras de defensa que lo hacen capaz de resistir los ataques del enemigo”, entre otras acepciones. Cartagena, como ya he comentado en otras ocasiones, ha tenido siempre una gran importancia militar, debido a que su situación geográfica ha permitido crear unas condiciones estratégicas idóneas para la defensa del territorio.
Fue durante la Guerra de los Nueve Años (1688-1697), que enfrentaba a Francia contra la Liga de Augsburgo (que sería conocida en 1689, con el ingreso de Inglaterra, con el nombre de Gran Alianza), cuando se decidió construir una plataforma con artillería, en el margen derecho de la bahía el puerto de Cartagena, para impedir que buques enemigos atentaran contra la ciudad.
Posteriormente, dicha plataforma fue sometida a diversas obras, para que, junto a otras construcciones militares (muralla, Arsenal, demás fuertes…), conformase un gran escudo protector para la ciudad. Sin embargo, no es hasta el siglo XIX cuando se construye el edificio que hoy en día permanece, tras unos importantes estudios realizados por ingenieros militares. La Ciudad Portuaria aumentó considerablemente su importancia militar en este siglo y fue necesario actualizar algunas de las instalaciones militares.
Durante la Guerra del Cantón, el fuerte fue denominado “Juan Bravo” y se utilizó con una intención intimidatoria. Sus posteriores usos han carecido de una función bélica, convirtiéndose en la batería de salvas del puerto de Cartagena a comienzos del siglo XX, y en centro de interés turístico actualmente.
En 2007, tras catorce meses de obras, el fuerte abre sus puertas a los cartageneros y turistas como Centro de Interpretación de la Arquitectura Defensiva de Cartagena y del Mediterráneo, dentro del consorcio “Cartagena, Puerto de Culturas”. La batería que cuenta con ochos galerías, comunicadas a través de un patio central, fue sometida a una importante rehabilitación en la que no se modificaron los materiales y las formas. El edificio, que tiene forma angular con el vértice curvo mirando al mar, se encuentra adaptado para que también puedan acceder personas con movilidad reducida.
El fuerte nos ofrece una mirada atrás sobre las distintas defensas con las que ha contado el puerto a lo largo del tiempo, así como una muestra de los objetos (cañones, vestimentas y demás atrezo) y de las características de este lugar resguardado. A través de paneles, recreaciones, proyecciones audiovisuales, maquetas y demás soportes, el fuerte muestra una exposición muy variopinta.
Situado junto al Faro de Navidad, se puede acceder a través de un camino terrestre, o por medio del mar en el barco turístico de la Ciudad Portuaria.
Finalmente señalar que el Fuerte de Navidad fue declarado Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.
Entrada publicada el 24/12/13