En anteriores entradas os he hablado de algunos personajes, con relevancia histórica, de la ciudad de Cartagena como Isaac Peral, Jiménez de la Espada o Carmen Conde. En esta publicación vamos a poder conocer al Comandante Villamartín, siendo desconocido para muchos pero con una historia muy interesante por contar.
Francisco Villamartín nació, el 23 de julio de 1833, en su casa que se encontraba en la céntrica calle del Carmen de la Ciudad Portuaria. Su estancia en Cartagena sería muy breve, pues pronto debería trasladarse por diferentes puntos de España, como consecuencia de los destinos de su padre, que era militar. A pesar de ello, Villamartín nunca dejaría de hacer paradas en su ciudad natal. La profesión de su padre, junto con otras influencias, hizo que Francisco tuviera una vocación militar desde bien pequeño.
Francisco Villamartín nació, el 23 de julio de 1833, en su casa que se encontraba en la céntrica calle del Carmen de la Ciudad Portuaria. Su estancia en Cartagena sería muy breve, pues pronto debería trasladarse por diferentes puntos de España, como consecuencia de los destinos de su padre, que era militar. A pesar de ello, Villamartín nunca dejaría de hacer paradas en su ciudad natal. La profesión de su padre, junto con otras influencias, hizo que Francisco tuviera una vocación militar desde bien pequeño.
Su carrera se inicia, cuando tenía 14 años, al ingresar en el Colegio de Militares de Toledo. Con tan sólo 17 años es nombrado Subteniente de Infantería y destinado a diferentes emplazamientos, entre los que se encontraban Gerona, Saboya o Madrid. En esta última ciudad le toca vivir la sublevación del General O´Donnell contra el gobierno nacional, conocida como la Vicalvarada que, a pesar de compartir, Villamartín responde con responsabilidad a las órdenes de sus superiores. Posteriormente asciende a Teniente de Infantería.
Como consecuencia del Manifiesto de Manzanares, firmados por O´Donnell y Serrano, la población civil del país se moviliza, por lo que Francisco tiene que hacer frente a estas insurrecciones. Esta situación tan inestable continúa y, estando destinado Villamartín en Barcelona, se ve obligado a defender su puesto con tan sólo 20 soldados, hecho que hace que siga subiendo escalones en su carrera militar, ascendiendo a Capitán. En 1865 es promovido al empleo de Comandante.
Esta formación militar la complementaba con la lectura y el estudio de diferentes escritos, que acrecentaban sus conocimientos culturales y le dotaban de un amplio saber intelectual. Como consecuencia de esta inquietud, escribe diversos libros, entre los que destacan “Nociones del Arte Militar”, que le otorga el nombramiento de Caballero de la Orden de Carlos III, y “Napoleón y la Academia de las Ciencias”, por el que Napoleón III le otorga la Cruz de la Legión de Honor. A pesar de los numerosos reconocimientos que recibió a nivel nacional e internacional, Francisco Villamartín arrastró una deuda económica hasta el final de su vida, como consecuencia de la inversión realizada en sus escritos.
Los últimos años de vida del Comandante estuvieron marcados por la tristeza de la muerte de su hija, así como por el decaimiento de su carrera militar. El cartagenero fallece en Madrid el 16 de julio de 1872.
Como hemos podido comprobar, el Comandante cartagenero demuestra en su trayectoria, con gran valor y heroicidad, un ingente amor por su patria. Hoy en día la ciudad que lo vio nacer le recuerda, entre otros reconocimientos, con un busto situado en la plaza de la Merced, con una calle que arrancando desde la plaza de San Sebastián desemboca en la del Rey, y con un Aula que lleva su nombre y que intenta desarrollar tareas culturales para la promoción de la cultura de defensa y la historia militar.
Entrada publicada el 10/01/14
Entrada publicada el 10/01/14